Cirugía y COVID-19 (virus SARS-Cov-2)
Usted va a acudir a un centro hospitalario y por su seguridad y la del personal sanitario que le va a atender, es importante que lea la siguiente información y, rellene verazmente y nos envíe, la encuesta epidemiológica. La información que usted nos envíe nos ayudará a saber, si están indicadas o no y qué pruebas diagnósticas debemos hacerle, así como cuál es el mejor momento para su ingreso.
Promete por su bien y el del personal sanitario que le va a tratar, cuidar las medidas de prevención y aislamiento hasta la fecha de dicho ingreso.
Objetivos de esta información y encuesta epidemiológica:
1º. Asegurar que el paciente no está desarrollando un cuadro de Covid19 que pueda agravarse al ser sometido a una cirugía, o que la propia cirugía se complique como consecuencia de que tenga COVID19 (aunque no lo sepa).
2º. Proteger a todos los trabajadores sanitarios que puedan tener contacto con usted, como consecuencia de la cirugía a la que va a ser intervenido.
Información general básica de lo conocido hasta hoy sobre COVID19:
La realización de pruebas diagnósticas (tests PCR y Antigénico) y el aislamiento del paciente, son la mejor manera de garantizar que un paciente no es portador de SARS-CoV-2 y evitar riesgos en una cirugía importante.
Por otro lado los tests de inmunoglobulinas detectan con eficacia el contacto previo con SARS-CoV-2, siendo la IgA y la IgM indicadores sensibles del desarrollo temprano de la enfermedad. Estos indicadores, junto a una encuesta epidemiológica e historia clínica rigurosa, minimizan el riesgo de exposición de los trabajadores y no ponen en riesgo la seguridad del paciente, en los casos en que se utilizan.
Es preciso destacar la importancia de la encuesta epidemiológica, pues es, la concurrencia de ambas, la información clínica y las pruebas complementarias, la que minimiza los riesgos.
La estabilización de casos Covid19 permite realizar la actividad hospitalaria, así como la actividad quirúrgica, pero con máxima prudencia y disciplina en los equipos intervinientes, aplicando todos los medios disponibles que permitan trabajar en los quirófanos con seguridad, tanto para los trabajadores como para los pacientes.
El SARS-Cov-2 es un virus de alta contagiosidad, con cuadros clínicos muy heterogéneos y desconocidos con certeza a fecha de hoy, y que en pacientes sometidos a cirugía podría aumentar el riesgo de complicaciones.
Los expertos indican, que difícilmente se podrá disponer de vacuna hasta al menos el año 2021, por lo que debemos definir nuevas rutinas que nos permitan trabajar minimizando los riesgos para todos.
Queremos fijar criterios de actuación, que eviten riesgos extraordinarios, cuando el paciente requiere una intervención quirúrgica, reduciendo el riesgo de contagios sanitario-paciente y paciente-sanitario.
El contacto con el SARS-CoV-2 puede evidenciarse de dos maneras:
1.- Demostrando la presencia del virus en la mucosa nasofaríngea, mediante dos técnicas fundamentales:
– PCR, que demuestra la presencia de genes propios del coronavirus y se realiza en laboratorio. De referencia para el diagnóstico precoz de la enfermedad.
– Test rápido de detección de Antígeno, que demostraría la presencia de proteínas propias del SARS-CoV-2. Más rápida aunque menos sensible.
2.- Demostrando la presencia de anticuerpos generados por el sistema inmunitario contra el virus en sangre periférica. Existen tests rápidos que tardan pocos minutos (con sensibilidades por encima del 95%) y tests cuantificados que tardan pocas horas. Estas pruebas no son útiles en el diagnóstico temprano de la enfermedad porque el sistema inmunitario tarda 7-14 días en producirlos. Con las técnicas actuales se detectan de tipo IgA, IgM e IgG:
– La IgM y la IgA se hacen positivas en la primera semana desde la aparición de los síntomas.
– La IgG se hace positiva en torno a las dos semanas después de la aparición de los síntomas.
El SARS-CoV-2 se conoce desde hace poco y la interpretación de las pruebas no es sencilla.